ICANN, la oganización que gobierna los dominios de internet, ha abierto un trámite para ampliar el número de los mismos. Ya es muy conocido el debate que existe sobre la creación de un dominio dedicado a la pornografía (.xxx) , pero ahora el que levanta suspicacias es el de la música, .music.
Una coalición que dice representar el 80% del comercio musical mundial y que agrupa a 15 entidades internacionales ha remitido una carta a ICANN en la que manifiestan su preocupación por cómo terminará el proceso de definición sobre los contenidos de este dominio. El miedo de la industria es que acoja a sitios que trafiquen con copias protegidas por derechos de autor.
«Les aconsejamos vivamente de tomar en serio estas preocupaciones y de realizar rápidamente las modificaciones apropiadas para responder a estas inquietudes críticas», afirman en la carta, que no excluye las amenazas: «preferimos una solución práctica a estas dificultades y esperamos no tener que ir más lejos».
De momento hay dos candidatos a la gestión del dominio: music.us, que defiende entre sus principios el combate a la piratería y Thedot, cuyo sitio está en construcción.
Esta amenaza se produce en paralelo a la publicación de cifras sobre el mercado digital de la música cuyo crecimiento un 6% en 2010 no sustituye el declive de las ventas en el comercio físico. El informe, con todo, elogia iniciativas como las de Corea del Sur y Francia para combatir la descarga de canciones protegidas por derechos de autor. Iniciativas que, en el caso de Francia, no parecen de momento frenar el fenómeno, según una encuesta. Un 49% de los internautas galos admiten «consumos ilícitos» (en la terminología de la encuesta), una conducta que alcanza a todas las edades. Un 32% entre los mayores de 40 años admiten estas prácticas y un 55% entre las personas de treinta años. El porcentaje entre los más jóvenes estaría en el 39%, según los datos recogidos por la propia autoridad que persigue las descargas. En este país se ha detectado una migración del internauta de los programas de intercambio P2P, directamente vigilados por las autoridades, hacia servicios como Megaupload que no son rastreados por los robos de la ley Hadopi.
Comments are closed.