Ya es oficial. En la mañana del martes en Seattle, Satya Nadella acaba de ser nombrado el tercer consejero delegado en la historia de Microsoft, relevando a Steve Ballmer, tal y como se adelantó el viernes. Será el encargado a partir de ahora de llevar la gestión de la tecnológica de Redmond. Aunque quizás el gesto simbólico más importante adoptado hoy es que Bill Gates decide desvincularse casi por completo del curso estratégico de la compañía de la que es fundador, al dejar la presidencia del consejo de administración.
Bill Gates, que quiere dedicarse de lleno a las labores filantrópicas, asume a partir de ahora el cargo de «asesor tecnológico». Fue el primero en dirigir la sociedad que creó hace casi cuatro décadas junto a Paul Allen. “En este periodo de transformación, no hay mejor persona para liderar Microsoft que Satya Nadella”, asegura el cofundador. Es, por decirlo de alguna manera, el sucesor de facto de Ballmer y por eso su nombre siempre estuvo alto en el proceso de selección que arrancó hace casi seis meses.
Nadella, con 22 años trabajando al servicio de Microsoft, estaba al frente hasta ahora del negocio para empresas y de los servicios de gestión de datos. Gates destacó su liderazgo como ejecutivo, así como su experiencia técnica como ingeniero, su visión del negocio y su forma de trabajar en equipo. “Su visión sobre cómo debe usarse y disfrutar la tecnología por todo el mundo es exactamente lo que necesita Microsoft cuando la compañía entra en la próxima etapa para expandir la innovación de producto y crecer”, remachó Gates.
Nadella trabajó para Sun Microsystems antes de llegar a Microsoft. Desde el principio estuvo al frente de cargos técnicos estratégicos relevantes. Pero lo que le catapultó a la cima fue la creación de la infraestructura que permite a los productos de Microsoft -el buscador Bing, la consola Xbox y los programas Office– operar en la red. La dueña de Windows es una de las compañías líder en este negocio de la nube, junto a Amazon e IBM. «La oportunidad es vasta», dice en una nota.
Ballmer insiste que el momento del cambio en la dirección de Microsoft es el adecuado. La apuesta de Microsoft es por tanto clara, porque elige a una persona que está plenamente metida en el desarrollo de productos y de servicios online. De hecho, viendo los resultados de la tecnológica de Redmond, este es un segmento de negocio que cada vez aporta más ingresos a las compañía mientras trata de ganar peso en el negocio de la computación móvil y compensar la caída en las ventas de computadores personales.
La presidencia del consejo de administración pasa así de las manos de Bill Gates a las de John Thomson, el director independiente responsable del proceso de selección del nuevo consejero delegado. Ballmer seguirá conservando uno de los 10 asientos que integra el directorio de Microsoft, aunque se da por hecho que es posible que lo deje también para que la transformación sea real y para que Nadella tenga más margen de actuación.
Culmina así un proceso de selección que se inició a final de agosto cuando el propio Ballmer anunció su intención de seguir como mucho 12 meses más al frente, un mes después de presentar el plan de reorganización. La elección de Satya Nadella quedó clara cuando el mes pasado Alan Mulally dijo que no tenía intención de abandonar Ford Motor. Era el principal contendiente entre los candidatos que se buscaron fuera de las finales de Microsoft.
Nadella conoce la cultura y la estructura interna de Microsoft. En Wall Street no solo se valora su perfil técnico, además lo ven combinado con la labor de Amy Hood, que en mayo del año pasado fue designada directora financiera. Pero los analistas también admiten que le llevará tiempo hacerse con un cargo tan grande y en una compañía con una estructura tan compleja. Lo que está por ver es si en su plan cuenta con desprenderse de algunos activos.
El reto inmediato para este ingeniero de origen indio, en cualquier caso, es como recuperar a los consumidores que abandonaron los computadores personales para pasarse a los teléfonos interactivos y a las tabletas. El sistema operativo Windows 8 trata de operar en esos dos mundos. El paquete de programas de productividad Office y la consola Xbox, sin embargo, está teniendo muy buen rendimiento en los últimos años.
Fuente: El País.