Los lentes de Google han desatado las pasiones de los early adopters, esa tribu de pioneros siempre preparados para abrazar cada nuevo producto. De momento, el gigante de internet confía plenamente en ellos para mover el proyecto hacia adelante, y no se atreve a lanzarse de lleno al mercado.
Prefiere a cambio colocar una a una las unidades, en formato beta (en pruebas) y a través de un aparatoso sitio web en la que invita a los compradores que estén dispuestos a pagar los 1.500 dólares que cuestan a registrarse para «ayudar a dar forma al futuro del producto», obligándoles incluso a revelar cuál es su motivación personal para obtener las Glass.
A juzgar por los diez argumentos esgrimidos por Matt Lake en Computer World, Google puede tener un motivo principal para no sacar, sin más, el producto a la venta. Que quizá aún no son lo bastante buenas.
Estas son las razones por los que el citado articulista ha decidido devolver sus Google Glass a Mountain View:
1. La línea visual. La información no se muestra en cualquier parte del campo de visión, sino sólo en la parte superior derecha, por lo que en realidad no se ve lo que hay más allá de la diminuta pantalla.
2. Reconocimiento de voz defectuoso. Pese a que los lentes prometen interactuar en respuesta a las órdenes del usuario, lo cierto es que el sistema falla a menudo, siempre según Matt Lake.
3. Poca batería. Si se usan intensivamente, apenas dura una hora antes de necesitar una nueva recarga.
4. Son demasiado aparatosos. Los lentes de Google no se pliegan bien, por lo que no son precisamente «de bolsillo».
5. Se nota mucho que se llevan. Matt Lake asegura que no se siente cómodo con los Google Glass, ya que son muchos los que piensan que podría estar usándolos para grabarlos.
6. Las fotos siempre salen torcidas. Pese a que la resolución de la cámara es buena, es difícil nivelar los lentes para tomar imágenes perfectamente equilibradas con el horizonte.
7. Sigue haciendo falta un teléfono móvil para usar el GPS, ya que no lo llevan incorporado.
8. El audífono no es genérico (no se puede elegir de entre los muchos que hay en el mercado), y además tiene tendencia a salirse de su sitio.
9. Es difícil sacarles partido en el día a día, porque la mayor parte de las aplicaciones parecen pensadas para actividades físicas y/o al aire libre, asegura Lake.
10. Son prematuros. Lake concluye así señalando que aunque los Google Glass son una pequeña gran máquina, sus especificaciones técnicas y sus aplicaciones aún por pulir demuestran que quizá hayan llegado al mercado demasiado pronto.
Fuente: El Economista.