94107: ese es el número mágico para tener éxito. Se trata del código postal de SOMA, una cuadrícula de bloques al sur de la calle Market de San Francisco, donde el porcentaje de éxito para las startups es mayor. Un estudio publicado en la revista Science, realizado por Jorge Guzmán, doctorando del MIT, y el profesor Scott Stern, del mismo centro, muestra cuáles son los mejores lugares para que una empresa prospere en California, un estado que si se separase, sería la séptima potencia mundial.
La muestra toma todas las empresas creadas entre 2001 y 2006 en dicho estado. Como calidad emprendedora se entiende la probabilidad que tienen de crecer de manera positiva, ya sea través de una adquisición o salida a bolsa, en los seis años posteriores a su nacimiento.
Guzmán, nacido en Monterrey (México) en 1984, fue ingeniero de sistemas durante dos años en Microsoft, insiste en que no hay ningún condicionamiento o idea preconcebida: “Tomamos distancia. Somos agnósticos en los planteamientos. Tan solo tomamos los datos, código postal por código postal”. El estudio deja al descubierto curiosidades como que el nombre pesa, así como formar parte de una zona con gran concentración de empresas. Aunque también se han llevado alguna sorpresa. Por ejemplo, que en Silicon Valley registraron un 60% más de actividad de la que medía el algoritmo creada y que, al contrario, en Los Ángeles se dio un 13% menos de lo predecible.
Contar con una patente temprana también marca diferencia: “Los que registran una en su primer año, o la tenían a nombre de un miembro fundador y la pasan a la empresa, suelen estar entre los que van a prosperar. Las posibilidades de éxito se multiplican por 54”.
Las localidades con más calidad son Sunnyvale, donde están Yahoo! y NetApp, por ejemplo, Redwood City, hogar de Banjo y Reputation.com, o Palo Alto, donde nació Google. “Pero no hay tanta cantidad, tanta concentración”, detalla el científico.
Otro punto interesante es que las empresas que nacen cerca de universidades y centros de investigación son de alta calidad. “Esto explica que Stanford y Berkeley sean un faro, pero también Caltech y UCLA al sur del Estado”, expone. Aunque no encaja en el caso de SOMA donde parece que la gran concentración de startups sirve para contagiar el éxito. Hoy es el lugar donde están Uber, Twitter, Puddle, Lyft, Shyp…
Una de las conclusiones más curiosas es que, si se quiere triunfar, mejor si se evita poner el nombre de uno a la empresa. Normal, si se piensa que suelen coincidir con empresas de servicios tradicionales en lugar de tecnológicas. Un nombre largo no es amigo del éxito, uno corto, sí. Encaja: Google, Twitter, Yahoo!… Menos de 10 letras y casi siempre una sola palabra.
En los últimos meses, sobre todo tras la apertura de un estudio de grabación de Google, la llegada de Oculus VR y la proliferación de estudios de videojuegos en la zona cercana a Malibú y Santa Mónica en Los Ángeles se ha comenzado a hablar de un Silicon Playa. Guzmán no llega a calificarlo de fenómeno, pero aprecia un movimiento interesante: “Mi parecer es que salen empresas de buena calidad, el caso opuesto al centro de la misma ciudad”.
Fuente: El País.