En Francia la desconfianza a comprar por Internet se va superando

Madrugar para comprar, adelantarse casi un mes para un regalo o ver los escaparates en pijama desde la cama son algunas de las ventajas e inconvenientes de las ventas privadas por internet que viven un “éxito enorme” en Francia.

“No se trata sólo de encontrar productos baratos, sino que (este sistema) cuenta también con un lado lúdico”, explicó a Efe Marc Lolivier, delegado general de la Federación de Comercio Electrónico y de Venta a Distancia (FEVAD).

La sensación de estar adquiriendo una “ganga” convierte la compra en una especie de “juego”, contó, y a ello se suma la dimensión social puesto que la gente habla de las ventas privadas para intercambiarse las “mejores direcciones”.

El sistema, que ya existía en la gran distribución, consiste en poner a disposición de los consumidores, que integran un club privado, los remanentes de las grandes marcas a precios más bajos durante un breve plazo de tiempo.

El primer beneficiario es el consumidor, según Lolivier, aunque también salen ganando las marcas, puesto que consiguen liquidar sus existencias, y las páginas web que proponen los productos.

No en vano, Vente-Privée, multinacional francesa presente en España y líder mundial de las ventas privadas en línea, cerró 2009 con 680 millones de euros de facturación total.

Todo empezó, según contó a Efe su director general, Jacques-Antoine Granjon, quien se reivindica como inventor del concepto, en 2001 cuando él, tras años de experiencia en la liquidación de marcas, decidió dar un “giro tecnológico” a su oficio.

“Internet ofrece la posibilidad a todo el mundo de comprar en cualquier sitio y en cualquier momento”, según Granjon, quien añadió que “se puede vender de todo” en la Red.

Precisamente, si fue el textil el sector sobre el que se construyó el sistema de las ventas privadas en línea, ahora se pueden adquirir mediante este método entradas de espectáculos, viajes, electrodomésticos, joyas e incluso coches.

Si en los comercios tradicionales, durante la vorágine de las rebajas, las aptitudes físicas ayudan a obtener los productos deseados, en estas páginas web es el tiempo el que entra en acción: el más madrugador (y el más rápido) es el que consigue las mejores prendas u objetos.

Y es que las ventas se abren a primera hora de la mañana y duran muy pocos días, por lo que el impulso del cliente y el miedo a quedarse sin el producto son el caballo de batalla de los vendedores.

Este fenómeno “sobrepasa las páginas especializadas”, afirmó Marc Lolivier, quien explicó que algunas empresas de comercio electrónico proponen también, en ocasiones, ventas puntuales.

La crisis influye en el sistema, puesto que el número de existencias sin vender es mayor y, por tanto, los precios son más bajos, dijo Jacques-Antoine Granjon.

Sin embargo, ahora el “factor precio” se ha situado a la misma altura que el “aspecto práctico” en la lista de las características del comercio electrónico que más valoran los internautas, como explicó Lolivier.

La desconfianza que tradicionalmente causaba el comercio electrónico, en lo referente a las transacciones bancarias, se va superando, como muestra que más de un 96 por ciento de los franceses que compraron por internet se definieron “satisfechos” y que el mercado francés registró una facturación de 25.000 millones de euros en 2009.

Otro de los obstáculos a los que se enfrentan las páginas de venta de textil es que los consumidores pueden retraerse al no saber cómo les va a quedar la prenda que les gusta.

Granjon explicó que, en lo que respecta a Vente-Privée, existe “un buen sistema” de devolución, aunque precisó que, como los precios son bajos, la gente prefiere quedarse con la ropa o regalársela a alguien.

Fuente: EFE

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